La vida no es asunto de suerte. ¿De qué entonces? Te ha pasado que más frecuentemente de lo que quisiéramos, escuchamos personas quejarse acerca de la mala suerte que han tenido en sus vidas. Que la mala suerte los trajo a un hogar humilde, en un país en vías de desarrollo, en la ciudad mas pobre y fea del mundo y para colmo de sus males, en un hogar disfuncional.
Algunos casos son menos dramáticos pero la queja es igual. También es común referirse en cambio a las personas que nacieron del otro lado de la ciudad, también probablemente con los mismos grados de disfuncionalidad, en la misma ciudad y país, pero con buena suerte y ricos.
Incluso, hablan de aquel vecino o vecina, que por cuestión de suerte “se le apareció la virgen”, estudió, y salió adelante. Que buena suerte la que tuvo, profieren con un hálito envidioso.
Cuantas veces he querido gritarles que no es un asunto de suerte. Es asunto de decisiones. De decisiones oportunas que sin duda cambian el destino, la vida, de quienes las adoptan.
¿Pero, y que pasa si hay alguien tan sumido en su situación actual que no alcanza a levantar la mirada y ver que hay posibilidades de salida?
Pues, tu y yo tenemos que, como en la historia del hombre que devolvía estrellas de mar al océano, rescatar a cuantas mas personas podamos mostrándoles que si hay una forma.
Si no cambias de dirección, puedes terminar hacia donde te diriges». Lao Tzu
Hay que examinar el terreno donde nos hallamos. Evaluar las cosas que podemos cambiar. Revisarnos a nosotros mismos y revisar nuestro entorno. A partir de allí tenemos dos opciones- O permanecemos en la situación en que nos hallamos , o tomamos la decisión de cambiar de rumbo de cambiar de estado. Por supuesto esta última es la más sana y la mejor pero no siempre la más fácil. Teniendo en cuenta lo que Lao Tzu expreso claramente “si no cambias de dirección puede determinar hacia dónde te diriges” . Frase que yo, atrevidamente, modificaré diciendo que si no cambias de dirección te vas a ir directo al abismo.
Es decir, nada ganamos quejándonos de una situación que posiblemente podamos cambiar. En ocasiones es muy difícil pedir ayuda, ya que muchas de las veces no sabemos que la necesitamos. No sabemos que sí podemos cambiar de dirección. Tenemos el viejo paradigma de que se nos entregó una mala mano de cartas y que estamos llamados a perder en este juego. La vida no es asunto de suerte es asunto de decisiones.
Ahora yo te digo, puedes lograr lo que te propongas. Seguramente no va a ser fácil. Todo cambio genera una resistencia.
Darle una vuelta a algo qué ha venido echando raíces en nuestra vida por tanto tiempo no es de fácil resolución. Pero es posible. Todos hemos escuchado esas inspiradoras historias de hombres y mujeres que, viniendo de circunstancias adversas, han salido victoriosos. Desde hombres y mujeres que se liberan de adicciones hasta niños y jóvenes que cambian su destino.
Hace poco escuché una entrevista a Jeff Bezos, creador de Amazon, quien hacia referencia a su muy humilde y precaria primera infancia. El hombre a través de esfuerzo, buenas decisiones, creyendo que era posible y con acción ininterrumpida modificó el mundo que vivimos. Bezos es hoy día el hombre más rico del mundo. Otros ejemplos de estos resultados son Steve Jobs, y los autores e inspiradores Anthony Robbins y Darren Hardy.
Cito a Napoleón Hill» que nos dejó esta poderosa frase: ¿Quién te dijo que no se podía hacer? ¿Y qué gran logro tiene esa persona en su haber que le dé derecho a usar la palabra ‘imposible’ tan libremente?
Si eres una persona de fe seguramente tienes claro que para el que cree todo aquello que cree le es posible. Obviamente aquí me refiero básicamente al término de la fe que trasciende, qué se mueve. La fe que es basada en la confianza qué se le tiene a nuestro Dios y con el convencimiento pleno de su fortaleza. Nuevamente te digo, es cuestiones de decisiones correctas y trabajo duro
El expresidente de los Estados Unidos Ronald Reagan lo expresó de la siguiente manera: “Mi filosofía de vida es que, si decidimos lo que vamos a hacer de nuestras vidas, y trabajamos duro hacia la obtención de esa meta, nunca perderemos – de alguna manera estamos ganando”. Nada más cierto.
Volvamos al caso de nuestro hipotético amigo que está mirando hacia el suelo sumido en la desesperación de su infortunio. Digamos que toma la decisión de hacer cambios en su vida. De trabajar fuerte, duro, para obtener las metas que se traza. Aunque no llegue a culminar las metas, todos los avances qué hará mejorarán su vida y muy seguramente las de los que vienen detrás de él.
Por supuesto que esto aplica para todos los campos en la vida. En el campo sentimental, en el campo de la educación, de las oportunidades, de la economía, del aspecto laboral cómo del emprendimiento personal y de negocio.
Pero hay un gran riesgo. Puede que de pronto hayas hecho la revisión del momento en que te hallas en la vida. Sabes luego del examen lo que debes cambiar. Incluso lo planificas. Pero lo postergas. Procrastinas. Te recuerdo algo que también dijo Hill: “La vida es un tablero de ajedrez. El tiempo es tu oponente. Si procrastinas, perderás el juego. Debes hacer un movimiento para salir victorioso.”
Entonces te digo, Actúa, vive intensamente. Solo vivimos una vez. No importa en qué parte del camino te encuentres. Si hace mucho rato levantaste la mirada, tomaste las decisiones correctas y cambiaste el rumbo. Ciertamente aún hay bastante camino por recorrer. Vive de una buena vez, No sabemos que nos trae el mañana.
Lo que sí sabemos qué tenemos que estar atentos, preparados, en constante pie de observación y de lucha, si se me permite decirlo de esta manera. La vida no es cuestión, no es asunto de suerte. Es asunto de decisiones, de examen y revisión constante, de acción permanente y a tiempo. Cómo también de atreverse a errar, pero sobre todo y quizá lo más importante, es asunto de siempre levantarse y continuar hacia la meta.
Para finalizar, me gustaría saber tu opinión, si conoces a alguien que haya vivido esta experiencia o si tu la viviste. Por favor dejar un comentario debajo, cuéntanos que resonó contigo. Te responderé antes de nuestra próxima charla en el balcón. Me aseguraré que el café este caliente y el vino fresco. Disfruta la vida!
Otra cosa que te quería comentar es que a solicitud de muchos amigos armé una lista de libros recomendados. La puedes encontrar en la pestaña del blog marcada como Libros Recomendados en Español o click aquí
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Totalmente de acuerdo con las ideas que expones en tu artículo. Relacionandolo con el evangelio de hoy que nos habla de TALENTOS que Dios nos regala; también es una decisión correcta aprovechar los talentos o habilidades que gratis hemos recibido, para nuestro bien y el de los demás.
Valorando y aprovechando al máximo los talentos que tenemos nos abrimos camino a lo largo de la vida. Equivocarnos nos permite el aprendizaje y la fe nos da la fuerza para salir adelante y superar cualquier dificultad.
Cuando le damos permiso a Dios de entrar en nuestras vidas y le permitimos al Espíritu Santo que nos muestre lo que hay que cambiar y obtenemos fortaleza en Jesús, podemos hacerlo. Gracias por tu aporte Damaris.
No es sólo del destino que depende nuestra suerte, sino de cada una de las decisiones que tomamos hoy para nuestro futuro. No todos nacemos con las mismas oportunidades, es cierto, pero si tenemos la opción de elegir para dónde queremos ir y cómo queremos ser. Hay es que luchar por conseguirlo.
Tienes toda la razón, ¡tenemos la opción de elegir para dónde queremos ir y cómo queremos ser! Muchos nacen en cuna de oro y desperdician las oportunidades, la educación, las relaciones. Las decisiones que toman los llevan a una cadena de sinsabores, de fracaso, podríamos decir.
Otros en cambio, llegada la edad de la reflexión y la madurez, se sacuden el tugurio, la escasez, la ruina generacional y a punta de decisiones, diseñan y planifican su destino, rompiendo el tiquete que les venia en el bolsillo por cuna.
Retomo tus palabras, tenemos la opción de elegir para dónde queremos ir y cómo queremos ser.
Toda decision en el presente modificará tu futuro. Si no haces nada, obtendrás nada. Totalmente de acuerdo, la suerte no existe.
Cuando tomas una decision, y empiezas a moverte, el universo te ayuda a llegar.
Nada te llega por “obra del Espíritu Santo”, como decía mi abuela Ita.
De acuerdo Roberto. Lo que la vida nos traerá en el futuro se puede comparar con un trozo de madera en las manos de un tallador. Si este decide esperar a que la buena suerte lo acompañe y aparezca un bello elefante o un bonito cofre va a tener el mismo resultado que aquellos que esperan que Don Azar y Doña Fortuna les cambie la vida. El que acciona con diligencia, y talla su vida, obtendrá la figuro que diseño y planeó.