«Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca».
Don Quijote de la Mancha..
«Nadie es más que otro si no hace más que otro» Los estudiantes del Liceo de Cervantes veíamos diariamente y en varias ocasiones esta frase de Don Miguel plasmada junto a su rostro dibujado en la libreta azul pálido que nos servía de control de tareas. La máxima se quedó tatuada en mi mente y en mi corazón. Hoy estimo que ni aunque una persona haga más que otro su vida como tal tenga mas valor. Su legado si. Eso es muy diferente.
Sin embargo hasta la importancia de los legados tiene escalas y son relativos. Para la familia de un hombre sencillo, que quizá no alcanzó a terminar la escuela básica que a punta de trabajar con sus manos instalando y puliendo pisos, pudo dar sustento y educación a sus hijos, no hay o hubo vida más valiosa que la de su padre. Y es tan relativo todo. Una de las hijas del instalador estudió en la Universidad. Desde su ocupación actual está impactando cientos de vidas a diario.
Me viene a la memoria otro hombre sencillo que hacia lo que mas se vende. Empanadas. Empanadas y arepa e huevo. No podría precisar cuantos vendedores de fritos hacían lo mismo en la Barranquilla de los años 60, 70 y 80. Pero Peñita era especial. Sus fritos tal vez eran iguales a los de los otros miles. Este hombre sencillo no construyó una cadena de restaurantes o un imperio económico. Sin embargo, le dejó a la ciudad y al país unos hijos médicos especializados en Europa. El servicio de ese legado sigue impactándonos hoy.
Estoy seguro que hay cientos, miles de historias similares de hombres y mujeres sencillos cuyas vidas son sub-valoradas por lo que hacen para obtener el modus vivendi. El alcance de sus legados tampoco podemos vislumbrarlos.
Tal vez el hombre de la carreta que me vende las frutas, el mesero que nos sirve en el restaurante, la empleada domestica o los jardineros que van de casa en casa embelleciéndolas con su arte hagan menos que el ingeniero que construye un puente o un médico que salva vidas. Pero ellos de una manera u otra también están construyendo puentes y salvando vidas.
Te digo que el legado de estos seres humanos valerosos que por diferentes razones no tuvieron las oportunidades que otros hemos tenido, tienen la posibilidad de cambiar el destino de las generaciones que le suceden. A punta de sacrificio y trabajo duro y esforzado están mostrando a sus hijos responsabilidad. Están dejando claro que al trabajo digno le sigue la honra, Si además cuentan con una educación apropiada, la vida de sus herederos tendrá mayores y mejores horizontes.
En contraste, te cuento algo. Hace unos pocos días ocurrió una tragedia cuando un camión cisterna repleto de gasolina que se había volcado en cercanías del corregimiento de Tasajera explotó. Los habitantes de ese olvidado sitio, carente de agua potable y salubridad, de fuentes de trabajo, y que han visto morir el ecosistema que les daba vida y pan-coger acudieron al saqueo en procura de unos pesos. En manada y usando baldes para hurtar la gasolina, impulsados por sus carencias, no midieron lo peligroso de su empresa. Muchos muertos y heridos graves. La falta de oportunidades de trabajo esta matando a esta gente, en todo el sentido de la palabra.
¿Qué puedes hacer tu? ¿Que puedo hacer yo? ¿Que podemos hacer por personas como estas, sin oportunidades ni posibilidades? Las respuestas son muchas. Seguramente diversas, claramente variadas. Sin embargo todas deben conducir a agregar valor a nuestras vidas a través del servicio a los demás.
Ahora bien, la dignificación del trabajo es tarea de todos. No debemos subestimar al otro por lo que hace para poner el pan en su mesa. La hermosa frase del Quijote lleva implícita el que tu y yo debemos hacer mas que los otros. «porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca».
El trabajo, sea el que se sea, siempre agrega valor a la vida de los otros. ¿Como haríamos si ese hombre que camina kilómetros y kilómetros diariamente empujando su carreta para traernos fruta fresca, madura y bien escogida? ¿o sin el jardinero? ¿o aquellos que nos sirven? Ellos entregan valor porque sus vidas valen, tanto como la de nosotros y los demás. Esperemos que el bien esté ya cerca, que todos podamos seguir aportando nuestro valor a la sociedad, que como producto las condiciones de vida cambien para bien y nuestros descendientes encuentren maneras de seguir agregando valor a la humanidad.
Para finalizar, me gustaría saber tu opinión, si conoces a alguien que haya vivido esta experiencia o si tu la viviste. Por favor dejar un comentario debajo, cuéntanos que resonó contigo. Te responderé antes de nuestra próxima charla en el balcón. Me aseguraré que el café este caliente y el vino fresco. Disfruta la vida!
Otra cosa que te quería comentar es que a solicitud de muchos amigos armé una lista de libros recomendados. La puedes encontrar en la pestaña del blog marcada como Libros Recomendados en Español o click aquí
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Estimado Faime, muy pertinentes tus palabras y más en estos momentos de incertidumbre. Soy reflejo de uno de esos hombres y mujeres que lo dan todo para sacar adelante a sus hijos. Unos los aprovechan otros no. Pero no hubo mejores padres para mi. Con su humilde trabajo me sacaron adelante. Me pregunto a diario que hay que hacer para que las personas con poder lo usen para el bienestar de comunidades como las de Pueblo Viejo. Después de leer tantas opiniones en redes sociales me encuentro con puntos de vista divergentes que a la larga no aportan nada a una solución cercana: un cantante famoso dice: ya lo he dicho en redes. " y otro político: " estoy cansado de denunciarlo." Pero ¿qué hemos hecho? ¡nada! Tristemente se nos va la vida sin aplicar al máximo la frase de Cervantes.
Tu amigo que te estima,
Fuaco.
Así es Fuaco. El tema es volvernos uno a uno mas humanos. Nosotros desde la educación sensibilizando y creando conciencia. Como en la bella historia del caminante de la playa que ese embarca en la quimérica y quijotesca empresa, haciendo honor al artículo de hoy, de agacharse, recoger y devolver al océano las miles de estrellas de mar que encontraba a su paso por la orilla.
Tenemos que hacer lo bueno, lo que sabemos hacer, cada uno lo suyo para que a todos por igual les llegue la posibilidad de una vida mejor, a través de educación y oportunidades de trabajo digno.
Un abrazo hermano!