El hombre se acostumbra a todo, a esto realmente no
Se acostumbra el hombre a ver los sueños como visiones del futuro y el hoy como un sueño ya vivido. Al frío de la ausencia del calor de una caricia, de un abrazo, a no dejar que muera el eco de las palabras con que recuerdas que los que recuerdas te recuerdan.