Nuevas etapas en la vida. La vida vista con otros ojos.
. No se trataba de una nueva etapa en mi vida, pero los sentimientos encontrados me habían tomado por asalto. Era solo esa mezcla de no saber qué iba a pasar. ¡Cómo iba a ser esa extraña visita? ¿Cómo mantenerte a 2 metros de distancia cuando deseas con el alma abrazar, así sea solo una vez más? La abracé y la besé con los ojos y el corazón. La vida es un suspiro, como lo hierba, hoy es, mañana no.
Fue una media hora donde mi madre habló de su madre, de lo que le había preparado de almuerzo, y que su padre también había disfrutado, aunque se le derramó un poco de agua en el plato, añadió soltando una risita.
También me contó que en la tarde iba a hacer una visita a unas vecinas, pero que debía regresar antes de las 6:30 para no disgustar a su papá. Yo le hablé de las palomas que estaban llegando al jardín frente a la amplia y fresca terraza donde nos reunimos.
Me sentí tranquilo al verla en paz. Sus azules ojos me miraban apacibles, mientras comía una Chepacorina, la galleta típica del Carmen de Bolívar, que tanto le gusta.
Entendí que la distancia no es física. En mi corazón vive mi madre, la que me amó con amor profundo. La que hizo 100.000 cosas por mí. Y sé que, si estuviera aquí, haría 100.000 más. Ella regresó a ser una niña. Ahora puedo ver algunas de las cosas que vivió y que la llevaron a ser la mujer en que se convirtió.
Bella, no solo físicamente. Cortés, bien educada y siempre con una sonrisa amable. De carácter fuerte. Convencida de que lo que es blanco es blanco y lo que es negro es negro. Recta, trabajadora y diligente.
La vida vista con otros ojos.
Entendí que la relación es diferente. Quizá ya no nos reconozca a mi hermano y a mí. Pero se siente bien con nosotros. Le agradan nuestras llamadas y visitas. La mujer que fue nuestra madre ya no está y ya lo asimilamos. El amor y el agradecimiento perdurarán por siempre.
La comunicación también se vuelve diferente. Tal como la de un padre o madre de un bebé, de un niño pequeño no sostienen conversaciones lógicas con ellos, pero hay un amor inmenso que los une y del cual no cabe la menor duda.
Nuevas etapas que debemos vivir
La vida es una sucesión de nuevas etapas que debemos vivir. La forma, los ojos con que veas las pelotas que la vida te lanza determina si las golpeas tu o ellas te golpean a ti. Tomándonos este café te confiaré algunas cosas con el ánimo de llegar al punto.
Mi madre vive en Barranquilla, mi hermano en otro país desde hace unos 17 años y yo en Montería, ciudad que queda a 6 horas y media de Barranquilla desde hace 3 años. Desde el 2003 mi madre empezó a presentar un ligero deterioro en su capacidad de recordar cosas, especialmente del pasado inmediato.
Nos dijeron los médicos que eso iría avanzando. Y así fue. Lenta, paulatina, casi imperceptible avanzaba la enfermedad, que llevó a mí madre a vivir en su pasado y que también, en su momento, revivió la memoria de mi abuela, y las dejo sin presente real.
Alzheimer, La vida vista con otros ojos
Para tratar de arrojar luz sobre este tema tan espinoso como temido cito a una autoridad en la materia. La doctora Sagrario Manzano, coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN) quien en entrevista a Megan Álvarez O’Hanlon de CuídatePlus. Dijo[
“La demencia senil es una enfermedad que provoca el deterioro de la memoria y otras capacidades del razonamiento relacionadas con el lenguaje, la percepción o el juicio.
Estos síntomas, producidos por una falta de comunicación en las células nerviosas, interfieren en la vida cotidiana del paciente y, en las fases más avanzadas, lo convierten en dependiente” dice la dra. Manzano
Y agrega: “La enfermedad de Alzheimer es la demencia más frecuente, pero puede aparecer a edades más tempranas y sus síntomas se van agravando a medida que progresa la patología,” “Tanto la demencia como el Alzheimer se engloban dentro de las denominadas enfermedades neurológicas, siendo ambas irreversibles y degenerativas, lo que implica que las funciones orgánicas dañadas o perdidas del paciente no puedan regenerarse”
Para mi, es un enemigo silencioso al cual hay que anticiparse, manteniéndose activo y productivo, estimulando el cerebro con actividades y retos nuevos. Una alimentación balanceada, consumo de suplementos y super alimentos como el aceite de coco, pero esto es otro tema.
Montería
Como era de esperarse, sucedió. Ese deterioro de la memoria de que nos había hablado la ciencia y la medicina fue haciéndose evidente. Al igual que las otras capacidades del razonamiento relacionadas con el lenguaje, la percepción y el juicio. Mi madre que había sido un ejemplo de independencia, autonomía y suficiencia ya no podía vivir sola en su apartamento, como lo había hecho desde 1983, cuando murió mi padre. Iba a necesitar ayuda. Se había vuelto dependiente.
En septiembre 2017 me trasladé a Montería. Sentí en lo más profundo que mi mamá debía venirse con nosotros. No podía ni debía quedarse sola, a la deriva.
A pesar de haber estado muy cerca de ella en su proceso, no habíamos alcanzado, mi familia y yo, a vislumbrar como va desapareciendo la persona que amas como madre, abuela, suegra. Tampoco quien no lo ha vivido puede ver o imaginar lo que se vive cuando se hace tan difícil ayudar al ser querido que llevas en tu mente y que amas con tu corazón y en alma, pero que ahora es una víctima del Alzheimer.
El regreso a Barranquilla. Otra nueva etapa.
En marzo del siguiente año nos convencimos de que esto debía tratarse con algo más que amor. Había que encontrar un sitio donde brindaran atención especializada. Entre estos se escogió una excelente opción. Un centro dirigido por una pareja de médicos, él es neurólogo psiquiatra y ella psicóloga clínica; los acompaña un equipo de médicos generales, enfermeras y personal de apoyo.
En un principio yo no estuve muy de acuerdo con la idea. Aunque era la mejor opción para mi madre, mi corazón se quebró porque anticipaba lo duro que iba a ser esta necesaria separación. Con el paso de los días entendí que efectivamente enfermedades como estas se deben atender con algo más que amor.
Tanto mi hermano como yo viajábamos periódicamente a Barranquilla para verla, compartir un tiempo con ella, sacarla a almorzar o a pasear un rato.
Pero en marzo 2020, de lejos nos llegó el virus que nos cambió la vida a todos.
Nos Detuvimos. La Nueva Etapa Del Tapabocas.
Todo el mundo empezó a tomar medidas extremas. Las personas con más de 70 años son la población más vulnerable. Igualmente, los hipertensos, diabéticos, asmáticos y obesos. El centro u hogar geriátrico, como se les llama, cerró sus puertas. Medida que aplaudimos, aunque eso significara no tener contacto directo con ella.
Yo me auto confiné, por cumplir varios de los puntos de la población en riesgo. Mi hermano no solo aislado, sino sujeto a regulaciones de movimiento de pasajeros entre países.
Casi 7 meses de estar guardados. Aparentemente, los casos de Covid han disminuido, se adoptan medidas para ir abriéndonos a la nueva normalidad que vivimos. Se empieza a reactivar la economía. Se habilita la posibilidad de viajar por carretera. Yo decido esperar un poco más.
Alarma
Hace unos diez días nuestra madre sufrió un episodio de hipotensión que, aunque ya había sido superado, a mí en lo particular me enciende una alarma. Hablamos con el Hogar, averiguamos el protocolo para visitarla y decidimos que había llegado el momento de volver a verla. Así fuera por los 20 minutos que nos iban a ser permitidos.
Viaje a Barranquilla
Viajar por carretera siempre ha sido de mi agrado. El atravesar los campos, apreciar los pueblos a orillas de carretera, comer de sus productos, cuando el tiempo lo permite, una delicia. Esta vez compramos en Corozal, Sucre, diabolines, rosquitas y galletas de limón para llevar de regalo. Las deliciosas Chepacorinas del Carmen de Bolívar, no podían faltar. A mi mamá le encantan. Y para nosotros desayunar, ya un poco tarde, arepas con huevo, en Carreto.
El Apartamento
Uno de los temas recurrentes de mi mamá cuando vivía con nosotros en Montería, era que ella necesitaba regresar a Barranquilla para estar en su apartamento. Que, si ella se iba a quedar unos días más, cuando regresara no iba a encontrar nada. Todo estaría lleno de polvo y destruido.
Ella siempre fue una mujer ordenada y pulcra. Bien vestida y arreglada siempre. La belleza física de su juventud y edad madura siguió presente con las arrugas y su pelo cano. Sus cosas no podían ser menos ordenadas y pulcras-
Les comento esto del apartamento porque al llegar a Barranquilla entramos a el para revisar unas cosas, y el ver el sitio donde tantas veces nos reunimos en familia, solo, deshabitado, vacío de cosas y lleno de polvo se produjo en mí, en mi esposa e hija una extraña sensación. Lo que tememos, nos alcanza.
¿Estás tú o alguien que conoces viviendo esta nueva etapa?
Hay que empezar por entender que la relación con ese ser querido es diferente ahora. Lo que están viviendo y van a vivir debe estar basada en el amor y agradecimiento que sientes y tienes por la persona que tu familiar era antes de la enfermedad. Sin embargo, el o ella ya no son esa persona. Solo su cuerpo. Su mente y persona, luego de luchas y sentimientos que tal vez ellos no entienden, va viajando a la magia de vivir en el recuerdo. Entiéndela y no sufras, ni la hagas sufrir corrigiéndola. Documéntate y entiende el proceso.
Quizá ya no te reconozca a ti o a tus otros familiares. Tal vez no sepa quiénes son ustedes, pero ustedes si saben quién es esa persona. Hónrenla. Hagan que se siente bien con ustedes. Propicia momentos que le sean agradables-
Hay que aceptar que esa persona que tanto queremos ya no está. El amor y el agradecimiento que le tienes perdurará por siempre. Hay que asimilarlo.
La comunicación también se tornará diferente. Tal vez no sostendrán conversaciones lógicas, pero el amor inmenso que los une te hará saltar de un tema al otro y seguirle el juego. Sumérgete en la magia de vivir en sus recuerdos.
Jaime sin palabras dejaste el alma en este testimonio es todo un tratado para quienes estan atravesando ese duro trance con un ser querido, me quedo con los buenos recuerdos de mi adorada tia de quien solo recibí cariño la recuerdo así, bien puesta y defendiendo sus convicciones asumiendo con dignidad la adversidad la quise mucho y tu lo sabes como a mi tio armando que ha sido para mí determinante en mi vida , me enzeñó tantas cosas el gusto por la comida el junior los partidos en el tomas arrieta me llevó a ver a pambelé en el coliseo cubierto las hamburguesas del mediterraneo y sabes algo ? Siempre mi tia olga ahí siempre bella con esos ojos hermosos llamandonos la atencion por nuestras imprudencias de esa edad, primo te quiero mucho a ti a gaby a veces distante pero ahí en esos recuerdos a tus papas mis tios los llevaré siempre en mi corazon
José, eso somos. Lo que ellos nos enseñaron y dejaron. El Canelo, Chita, El viejo Ate, el viejo Pepe. ¿Quien carajo nos quita los valores y laas buenas enseñanzas dejadas pr nuestros padres y abuelos? Ellos merecen toda la honra. Agradezco a Dios por sus vidas. Agradezco a mi mi mamá por todo lo que hizo, a pesar de mi. Decia mi tío Pablo el otro día, «Dios mno nos mando con un libro guía, nos envío donde una lina mamá»
Muy bueno
Gracias
Excelente mirada en su articulo profe Jaime, aunque no he vivido con ningún familiar la situación nos motiva a darle un giro a nuestros imaginarios alrededor del ALZHEIMER, ¡Felicitaciones¡
Gracias Carmen. Así es!
Hermoso testimonio que nos muestra la realidad de la vida y lo que realmente amamos.
Gracias Jaime por compartirlo
Así es Cori. Gracias por tu visita.
Gracias por compartir tu historia y que bendición contar con buenos hijos que velan por sus padres en la vejez.
Que Dios te bendiga.
Gracias Saint.
Jaime que bello escrito. El amor lo es todo especialmente para ese ser hermoso q nos dio la vida
Así es Mayi. El amor, agradecimiento y honra a padre y madre por lo que hicieron de nosotros no acaba nunca.
Jaime:
Que lindo mensaje, escrito con mucho sentimiento, con el alma y el corazón. Que Nuestro Señor Jesucristo les dé la sabiduría y el entendimiento, para poder llevar esta situación.
Recibe un fuerte abrazo.
Anita
Gracias Anita. Que alegría me da saber que me visitas. Eres muy especial para mi. El amor que le prodigas a mi mamá, es la muestra más clara que tengo de amor cristiano, Que hermoso coraxón tienes Anita. Tu padre, mi abuelo, a quien tanto amamos, de manera y en tiempos distintos nos une aún en esta distancia de tiempo y espacio, ¡ cuanto me gustaría compartir más contigo, xonoxerte y disfrutarte más! Un abrazo de tu sobrino que te quiere, y agradece tu atención para Olgi.